martes, 10 de junio de 2008

Crónica

Crónica de un Jazz.


Entrando al Palace de Glace, a un costado de las muestras de pinturas croatas que se exponían ese día, había filas y filas de sillas que apuntaban a un escenario plagado de instrumentos. Me acerqué y tome asiento casi atrás de todo. Alrededor la gente comenzaba a sentarse con aires de curiosidad. Jóvenes, adultos, ancianos, niños, todos rodeando el escenario con ansias de que el espectáculo comenzara.

Y así fue, luego de unos minutos un grupo de jóvenes se acercó al escenario, y empezó a tocar. El saxo dominaba la melodía con grandeza, melodía tan maravillosa que sólo se podía envidiar al compositor.

Durante aproximadamente una hora estuve tan concentrado que no importaba lo que pasara alrededor, mientras esa música siguiera sonando.

Una vez terminado el espectáculo, salí del Palace de Glace con sus melodías en la cabeza. No podía parar de tararearlas, eran geniales. Me grabé el nombre de la mente en mi cabeza, “Les Amateurs”, por si volvía a saber de ellos, pero aún no ha pasado.

Lo que era puramente un trabajo para la facultad, terminó siendo una gran satisfacción y un rato muy bien invertido, que espero se repita.

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