Carta sin destino.
29.04.08
No se cuanto tiempo pasó ya desde la última vez que la vi, pero para mi es una eternidad. Ya no se cómo soportarme a mí mismo, ya no se qué hacer para no extrañarla.
Decidí que había llegado la hora de empezar a valerme por mi mismo, de dejar de depender de su ayuda para todo. Pero antes quería despedirme como ella se merecía, así que me surgió la idea de escribirle una carta, y comencé. Pero no fue tarea fácil, tenia el papel en blanco frente a mi y en mi mano el lápiz, pero no sabía como depositar tantas sensaciones allí.
Durante un largo tiempo estuve mirando la hoja sin hacer nada. Tenía mucho que decirle, pero no sabía si ella lo entendería. Siempre increíblemente conectados, pero aún así dudaba que interpretara todo lo que yo pretendía hacerle saber.
Después de tanto basilar, volteé la vista hacia el papel, y la carta ya estaba escrita. Sin haberme dado cuenta, ya todo estaba allí. Era perfecta, como ella. Solo quedaba entregársela.
Me asomé por la ventana una vez más, con la carta en mi mano, para verificar si ella se acercaba, pero no la vi. De repente, para mi desgracia, sopló un viento fuerte que me quitó de las manos la tan preciada carta. Así se iba todo lo que ella significaba para mi, volando entre las grandes torres espejadas, así perdía yo todo lo que con tanto esfuerzo había realizado, y sabía que jamás recuperaría.